El Periodico
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La correcta conservación del agua para mantener la salud

Y es que debemos saber, en primer lugar, que la conservación del agua no es eterna, incluso aunque la guardemos en la nevera.
Si bien es cierto que el frío ralentiza la actividad de propagación de los microorganismos, esto no es lo mismo que decir que los elimina completamente. Además, no hay que olvidar que algunos patógenos se multiplican incluso a temperaturas de refrigeración. Es el caso, por ejemplo, de Aeromonas hydrophila, que suele crecer en algunos alimentos, como el pescado, el marisco y el agua incluso a bajas temperaturas.
El tiempo de conservación del agua de forma segura depende de varios factores, como el origen del agua, si esta proviene del grifo o está embotellada, y el tipo de material en el que se conserva.
Una de las soluciones más efectivas para una correcta conservación del agua en los centros de trabajo, como las oficinas, o en salas de espera, como las del dentista, son los dispensadores de canaletas.com, que ofrecen distintas soluciones según las necesidades de cada espacio y cliente. Así siempre estaremos seguros y tranquilos de que el agua que beben nuestros clientes o trabajadores está en óptimas condiciones de salubridad y sabor.

¿La calidad del agua del grifo dura menos?


En 2018, por motivos medioambientales, la Comisión Europea presentó propuestas para fomentar el consumo de agua del grifo en lugar de la embotellada. Estas medidas también se acompañaron con la aprobación de nuevos controles poder detectar y controlar algunas sustancias presentes en el agua del grifo.
Cuando hablamos de la calidad del agua del grifo, debemos saber diferenciar entre calidad y sabor, pues el problema por el que el agua del grifo a veces nos sabe mal es porque procede tanto de ríos, como lagos y acuíferos, y por este motivo ha de ser tratada con técnicas concretas. En cuanto a calidad a nivel de higiene, mientras haya seguido las normas sanitarias básicas no habrá inconveniente alguno.
El problema viene en cambio, como hemos referenciado, por el almacenamiento. Por eso siempre es recomendable consumir el agua a lo largo del día, en un plazo máximo de 24 horas, para minimizar los riegos de contaminación. Y es que al agua del grifo se le añade cloro para evitar la proliferación de bacterias y si no se conserva apropiadamente el cloro se va evaporando, sobre todo en verano, con lo que va desapareciendo paulatinamente su salubridad.
La temperatura es un elemento determinante en la conservación de muchos alimentos, y también lo es en el caso del agua del grifo. Mantenerla en la nevera es un buen recurso para evitar que se contamine, al igual que tapar el envase donde se encuentre para evitar que entren bacterias del exterior. Se trata, en este caso, de una cuestión de higiene, al igual que tapamos otros tipos de alimentos. Por estos motivos, el vaso que dejamos toda la noche en la mesita de noche es mucho más susceptible de presentar contaminación que una botella cerrada y guardada en la nevera.


¿Es recomendable beber directamente de la botella?


Eso depende, básicamente, de si compartimos la botella con otras personas, es decir, el gesto de coger la botella de la nevera y beber directamente no presenta inconvenientes si solo bebemos nosotros de ella. Y es que, desde el punto de vista microbiológico, hay mucho más riesgo en las propias manos, con las que manipulamos los alimentos habitualmente, que en la boca. En este caso, siempre un buen lavado de manos antes de cualquier manipulación y evitar costumbres indeseadas, sobre todo en los más pequeños, como llevarse las manos a la boca.
En el caso de compartirla con otros habitantes de la casa es una exposición innecesaria de todos a contraer las enfermedades que puedan padecer los distintos miembros que la integran. Más que el beber de la botella sería el hecho de compartirla, al igual que no solemos compartir los cubiertos con otros o, en el caso de los bebés, los chupetes.
Si no quieres tener problemas con el agua y quieres beber del grifo en casa, no hay ningún tipo de problemas mientras sigas las recomendaciones que hemos dado a lo largo de este artículo, pero para los lugares públicos, como por ejemplo los restaurantes, mejor beber de los dispensadores de agua con los que cuentan algunos de estos establecimientos, ya que una costumbre que se está extendiendo de dejar una jarra encima de la barra para que los clientes se sirvan no es una práctica muy segura, sobre todo en un entorno donde las temperaturas suelen ser lo suficientemente elevadas para que las bacterias proliferen a sus anchas. Si regentas un establecimiento de cualquier tipo con atención al público, no te la juegues y coloca un dispensador de agua.